Disfruta de un Consumo Responsable
Un consumo responsable nos hace sabios, nos hace libres

El cánnabis es una planta con multitud de cualidades terapéuticas que pueden
mejorar nuestra salud física y psicológica.
Aunque es sorprendente que países como el nuestro, todavía no hayan contemplado la regulación de esta maravilla de la naturaleza, es público y notorio que países de todo el mundo la están dejando fuera de sus restrictivas leyes anti drogas, otorgándole así categoría medicinal. Estos logros se los debemos a la constante demanda y al duro trabajo de todas aquellas personas que han considerado y consideran que la regularización es el mejor camino para educarnos en el uso responsable de esta substancia, y a los espectaculares resultados terapéuticos obtenidos por los muchos usuarios que han encontrado en los tratamientos con esta sustancia una gran mejora de sus dolencias y un gran aumento de su calidad de vida.
Que estemos hablando de una sustancia con efectos terapéuticos, tanto paliativos como curativos, no significa que podamos olvidar sus efectos tóxicos o contraproducentes. Pero éstas, no son características exclusivas de la Marihuana. De las sustancias terapéuticas legales que tomamos hoy en día, de otra forma llamadas medicamentos, las que producen efectos tóxicos o contraproducentes son las más; por no decir casi todas.
La diferencia la marca la ilegalidad de la Marihuana y la consecuente prohibición de consumo, que envuelve a la planta en un halo de peligrosidad, innecesario y fraudulento, y nos deja desinformados y desprotegidos. Los conocimientos que tengamos de esta substancia, los usos que hagamos de la ella y las repercusiones que tenga su consumo para nuestra salud son, exclusivamente, responsabilidad nuestra. Estamos solos.

Así pues, se hace necesario y urgente establecer un abordaje sencillo y rápido de lo que debemos considerar un uso responsable, que nos sirva de guía de referencia para dar los pasos en la dirección adecuada.
Ante el consumo de cualquier sustancia, tanto legal como ilegal, las personas nos encontramos en una situación triangular de interrelación ente persona, contexto y substancia (representada en el gráfico), que debe darse en términos de conocimiento, responsabilidad y máxima reducción de riesgos.
Como personas informadas y consecuentemente responsables, ante el consumo de esta sustancia debemos guiarnos por las siguientes premisas básicas e innegociables:
La marihuana debe utilizarse como una herramienta útil para la vida, aprovechando tanto sus propiedades medicinales como recreativas y minimizando las repercusiones que pueda tener sobre la salud física, psicológica y social.
Hay que ser consciente de las variaciones de nuestros estados de ánimo, ya que los efectos de esta substancia pueden influir o verse influidos por ellos.
Su consumo no debe interferir con las responsabilidades y tareas cotidianas.
Se debe estar siempre al día en lo referente a la legalidad de esta substancia tanto en el país donde se reside como a los que se viaja.
Ante el contexto debemos asumir los mínimos riesgos tanto personales como sociales, responsabilizándonos de que nuestras acciones cumplan con los cánones del civismo. Con este fin dejaremos que nuestras acciones estén guiadas por las siguientes premisas:
Se deben respetar los derechos de los demás. Sean consumidores o no, pues lo normal o adecuado para unos no lo es para los otros. Ser respetados es tan importante como respetar.
El consumo debe ser una decisión tomada de forma unilateral y libre de influencias.
A partir del conocimiento de la legislación vigente, se deben evitar todas las acciones que puedan derivar en problemas legales.
No se deben hacer bromas de mal gusto. Es una grave irresponsabilidad dar a otra persona cualquier substancia psicoactiva sin que esta lo sepa, aunque sea en forma de pastel y con la intención de gastarle una broma.
Se evitará realizar cualquier acción que pueda alentar o inducir al consumo a menores, y/o que pueda contaminar su entorno.
El consumo de la substancia con responsabilidad y sin riesgos es el consumo con conocimiento, debemos pues convertirnos en pequeños expertos en la materia y nunca, nunca dejar de informarnos. Empecemos por saber lo más importante:
Todas las plantas de cannabis pertenecen a una sola especie (cannabis sativa), que se divide en tres subespecies, sativa, índica y ruderalis. Las distintas variedades producen diferentes proporciones de principios activos. La planta incluye numerosas sustancias en su composición, pero las más características son los llamados cannabinoides. Se han descubierto decenas de cannabinoides, pero los principales, por hallarse en mayor concentración son dos, el ∆-9-tetrahidrocannabinol (THC), que es el principal responsable del efecto o carácter psicoactivo de la planta, siendo también la sustancia más conocida del cannabis. El otro componente principal es el cannabidiol (CBD), que no tiene efecto psicoactivo valorable y tiene la propiedad de contrarrestar el efecto psicoactivo del THC. Se sabe que la interacción de estos dos componentes produce una potenciación de los efectos llamada sinergia que aumenta algunas de sus propiedades terapéuticas.
La sobredosis por consumo de cannabis, en ningún caso resulta mortal. Una dosis excesiva puede dar lugar a una bajada de tensión, taquicardia, náuseas y o somnolencia. Por otro lado, las personas que consumen de forma habitual, desarrollan tolerancia farmacológica a los efectos de los cannabinoides, el cuerpo se habitúa y es necesario incrementar la dosis para conseguir los mismos efectos. Esta substancia puede generar una dependencia psicológica pero no presenta un síndrome de abstinencia con sintomatología severa, pudiendo aparecer, de forma leve y transitoria, irritabilidad, nerviosismo, insomnio y pérdida del apetito.
En cuanto los efectos psiquiátricos adversos causados por la psicoactividad de la planta, es decir, causados fundamentalmente por el THC, no existen evidencias científicas de que el uso de cannabis sea la causa directa de trastornos de tipo esquizofrénico o psicótico; sin embargo, si existen grupos de riesgo para los que no es recomendable su consumo, como son: personas con antecedentes psiquiátricos y jóvenes con cerebros en periodo de desarrollo. Respecto a los cuadros de ansiedad, pueden darse en personas no habituadas al consumo o por un exceso de consumo. El riesgo neuro-cognitivo más destacado, en el consumo de esta substancia, tienen que ver con la perdida de atención y de memoria reciente, este efecto depende de la frecuencia y dosis del consumo.
Se desaconseja el consumo mezclado con el alcohol y de forma más contundente con otras drogas que ejerzan o puedan ejercer un efecto depresor, psicodélico y/o estimulante.
No debe consumir cannabis si está tomado fármacos anti inflamatorios no esteroideos, psicofármacos, beta bloqueante, opiáceos, teofilina, anticolinérgicos y/o disulfiramo.
A partir del conocimiento informado, debemos acceder a substancias 100% naturales, sin nutrientes químicos o pesticidas. La variedad y la potencia deben ser las más adecuadas al momento y situación personal.
Sobre la forma de consumo se recomienda, para el consumo inhalado el vaporizador, ya que fumar irrita el aparato respiratorio y puede facilitar la aparición de problemas de salud. Para el consumo ingerido, tener en cuenta que se hace difícil la precisión en la dosificación de la sustancia y se tarda unas dos horas en alcanzar los efectos máximos, por tanto se debe aumentar la precaución al consumirla por vía oral.
Como comenzamos diciendo, este artículo es solo una breve guía sobre el tipo de información que se debe tener en cuenta para disfrutar de un consumo responsable. Aconsejamos ampliar esta información a través de libros que profundizan más en este aspecto, conformando guías más amplias como puede ser “Cannabis y consumo responsable. Guía para un uso adecuado” o si lo prefieren, pueden enviar nos sus consultas a info@cbdbotanic.com, donde nuestro departamento de redacción y asesoramiento les atenderán de forma más personalizada.